Los numerosos estudios realizados en los últimos 20 años sobre la composición química de la granada y de sus efectos sobre la salud, han determinado que se le considere alimento funcional. Se denominan alimentos funcionales a aquellos“ que se consumen como parte de una dieta normal y contienen componentes biológicamente activos, que ofrecen beneficios para la salud y reducen el riesgo de sufrir enfermedades”. De hecho, en muchos artículos en revistas especializadas, se considera que la granada es el mayor descubrimiento en alimentación funcional del siglo XXI.
Antecedentes históricos siempre los ha tenido. Las raíces, corteza y fruto se han utilizado desde tiempos inmemoriales por diferentes culturas para solucionar problemas de salud. Pero es prácticamente en este siglo cuando se ha disparado las expectativas respecto a este cultivo por la posibilidad de obtener diferentes productos de interés alimentario, farmacéutico o cosmético. De hecho ya no se consumen solamente en fresco, si no que han aparecido numerosas preparaciones: zumos, jarabes,mermeladas, confituras, jaleas, extractos, semillas secas, fibra alimentaria,aceite de semilla, corteza seca para preparar infusiones (como astringente o como vermífugo ).
La granada es una baya carnosa que contiene aproximadamente un 80% de agua, con numerosas semillas, de color rojo/rosa, lo que supone entre el 58 y el 75% del peso; la porción leñosa de las semillas varía entre el 5 y el 15% y las membranas y la corteza representan el 25-42%, dependiendo de las variedades.
Las semillas son ricas en agua, azúcares, fibra bruta, antocianas, ácidos grasos poliinsaturados, vitamina C, potasio y poco sodio, bajas en calorías y muy ricas en sustancias antioxidantes. La cáscara, que cada vez tiene mayor importancia, contiene entre otros la punicalagina, un antioxidante muy específico.
Esta bioquímica tan variada es responsable del aumento de la popularidad de la fruta en los últimos años. Los antocianos, responsables del color rojo son sustancias antioxidantes que también se utilizan como colorantes alimenticios. Los ácidos grasos de la granada, son en su mayoría insaturados lo que les proporciona un efecto preventivo frente a afecciones cardiovasculares. Es un fruto rico en fibra que se adquiere comiendo la parte leñosa, al igual que los taninos. Por esto la granada tiene propiedades antioxidantes, anticancerígenas, rica en vitaminas y ácido fólico, ayuda a disminuir el colesterol elevado.